El ciclista británico Simon Yates ofreció una nueva demostración de fuerza en la decimoquinta etapa del Giro de Italia, se apuntó en solitario su tercer triunfo parcial y reforzó su liderazgo con miras a la contrarreloj del martes.
El corredor del equipo Michelton-Scott se fue solo en el último de los cinco puertos de la etapa, a 17 km de meta, y llegó con 41 segundos de ventaja sobre un quinteto perseguidor, encabezado por el colombiano Miguel Ángel López, que precedió al holandés Tom Dumoulin.
El británico Chris Froome volvió a perder tiempo. Al día siguiente de su victoria en el Zoncolán cedió 1:32 frente al líder.
Era una etapa de media montaña, con un recorrido de 176 kilómetros entre Tolmezzo y Sappada por las estribaciones de los Dolomitas, con cinco puertos -ninguno de primera, el último a 8 km de meta- y un final no puntuable pero en ascenso continuo.
Una buena oportunidad para que el líder Yates llevara su ventaja sobre Tom Dumoulin hasta los dos minutos que consideraba imprescindibles para afrontar la contrarreloj.
La resurrección de Chris Froome en la etapa precedente, aunque su demostración, el día en que cumplió 33 años, se viera recompensada con una raquítica renta de seis segundos sobre Simon Yates, no tuvo continuidad. La última fase de le atragantó y ni siquiera pudo quedarse en el segundo grupo perseguidor del líder.
El perfil de la etapa y la jornada de descanso del lunes animó a los cazadores de etapas a mostrarse muy activos desde la salida. El pelotón, impulsado por los ataques, recorrió 41 kilómetros, por un terreno complicado, en la primera hora.
Hasta bien pasados los 60 km de trayecto no se constituyó la escapada del día. Denz, Jauregui, Dayer Quintana y Neilands salieron con fuerza y poco después se les unieron otros para formar una fuga superior a la veintena que nunca tuvo más de dos minutos de ventaja.