BRUSELAS. La creación voluntaria de centros para migrantes en suelo europeo, una de las propuestas clave del acuerdo cerrado in extremis por los mandatarios de la Unión Europea (UE) para blindarse ante la migración, se topó este viernes con el rechazo de los países a instalarlos en su territorio.
“Es demasiado pronto para hablar de un éxito. Hemos logrado llegar a un acuerdo en el Consejo Europeo pero esta es, de hecho, la parte más fácil de la tarea”, dijo su presidente, Donald Tusk, al cierre de una cumbre de dos días en Bruselas centrada en la gestión de la migración.
Bajo presión de Italia, que cerró recientemente sus puertos a barcos fletados por oenegés con migrantes socorridos en el mar Mediterráneo, sus socios alcanzaron en la madrugada del viernes un acuerdo para proteger las fronteras del bloque y desmotivar a los migrantes que se lanzan en peligrosas travesías.
A los 9.222 muertos o desaparecidos en el Mediterráneo desde 2015 hasta el pasado miércoles, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se suman tres bebés fallecidos y un centenar de desaparecidos este viernes en el naufragio de un barco de migrantes en las costas de Libia, indicaron supervivientes y guardacostas.
En el barrio europeo de Bruselas, horas después de la adopción del acuerdo, las dudas empezaban a emerger sobre cómo implementar el acuerdo que incluye también crear plataformas de desembarco fuera de la UE, una mayor protección de sus fronteras y más cooperación con países de origen y tránsito de los migrantes.
Para la responsable de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF), Karline Kleijer, “los únicos elementos sobre los que parecen haberse puesto de acuerdo los países es el bloqueo de las personas a las puertas de Europa (…) y la diabolización” de las oenegés que socorren migrantes en el mar.