Pausa al intenso juego y el juez se mueve al ritmo de la música mientras tararea la canción. Luego del respiro, las seis jugadoras regresan a la cancha para continuar a todo vapor su disputa en el baloncesto 3×3, disciplina que debutó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe con J Balvin, Bad Bunny y Daddy Yankee como principales animadores.
Ese ‘flow’ fluye entre las tribunas, donde los asistentes se dejan llevar enérgicos por la velocidad de las jugadas, entre reguetón, rap, reggae y algo de rock y hardcore en partidos con alta agresividad, que se van en un suspiro e invitan a disfrutar del ambiente.
“Es muy agradable jugar. La música te da energía. Todo es más chico y tienes al público ahí, cerquita. Eso da más adrenalina”, expresa a Efe la cubana Eilen Gilbert, figura en el inicio del 3×3.
Esta disciplina, que se estrenará en unos Juegos Olímpicos en Tokio 2020, dejó buenas sensaciones en su primera aparición en unos Centroamericanos, por la magia que envuelve ver en acción a equipos de tres jugadores, sin la opción de ocultar defectos dentro de una superficie de 15 metros de ancho por 11 metros de largo.
Ese aire callejero con el que surgió, se mantuvo en la Plaza de la Paz, escenario al que ingresan los atletas con “La Player”, “Never Say Never” y “Dura” como banda sonora, para conjugar con ropa ancha, gafas oscuras y audífonos enormes que suelen usar mientras esperan en la gradería su turno en el campo.