La Redacción
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Santo Domingo, RD.- Según ha salido a relucir, otro escándalo de corrupción le explota en las manos al gobierno dominicano en momentos donde sus esfuerzos están cifrados en recobrar la imagen perdida de transparencia y manejo pulcro de los recursos del Estado.
De acuerdo con una auditoria practicada por la firma internacional de auditores externos KPMG a los fondos de inversión del Banco de Reservas, funcionarios, familiares y allegados se distribuyeron entre 2016 y 2017, 9 mil millones 110 mil pesos y 12 mil millones, respectivamente.
En las revisiones realizadas por la firma internacional la concesión de préstamos se ha llevado a cabo de manera selectiva a personas vinculadas con los funcionarios, familiares y empleados de la institución a tasas blandas, por debajo de los márgenes que establece la política monetaria y financiera, entre los cuales hay además familiares de jueces, legisladores y altos mandos.
Otro de los hallazgos de la firma auditora KPMG establece que el Banco de Reservas, vía su Fondo de Inversión, facilitó préstamos a contratistas y suplidores en los años 2016 y 2017 por aproximadamente un monto de 34 mil 400 millones de pesos y 43 mil 800 millones, respectivamente, clasificados como deudores privados.
Estos desembolsos se estiman en unos 77 mil millones de pesos dados a suplidores y contratistas, de cuyo retorno o garantía el Estado dominicano aparece como responsable.
La firma internacional, sin embargo, deja claro que la administración de los fondos de inversion proyecta pérdidas en sus estados financieros, mientras la Administración alega que esto no representa un potencial problema para el desarrollo normal de sus operaciones.
En la auditoría realizada, KPMG no establece quiénes fueron los beneficiarios directos y los montos otorgados en los préstamos a empleados, funcionarios, contratistas y suplidores.
Tampoco el Banco de Reservas tiene seguridad de retorno de esos préstamos ante muerte, bancarrota o fuga de los beneficarios.
Aunque son pérdidas identificada por KPMG, los ejecutivos responsables o administradores entienden que “estas pérdidas no representan un problema a largo plazo y responden a la etapa de desarrollo y consolidación de su operación”.