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Autoridades fracasan en reducción de la mortalidad materno-infantil

Cada mes en el país mueren un promedio de 16 mujeres por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto. Solo en el pasado 2018 fallecieron 197 y de ellas, 89 residían en el Gran Santo Domingo (GSD) y 4 eran extranjeras.

El riesgo más alto de mortalidad materna corresponde a las adolescentes y mujeres menores de 30 años y de acuerdo con las autoridades, el 82% eran evitables.

Los datos oficiales establecen que en 2018 la región I Valdesia ocupa el segundo lugar en mortalidad materna con 21 casos y en tercero presentan igual cantidad la II Cibao Norte y V Este, con 18. La tasa más baja de mortalidad la presenta la regional IV de Enriquillo con 4 defunciones.

En los últimos cinco años este indicador mantiene un promedio de 184 muertes.

En el 2014 la mortalidad materna fue de 179; 189 en el 2015; 169 en el 2016; 188 en el 2017 y 197 en el 2018.

El comportamiento de la mortalidad materna, de acuerdo al registro de la Dirección Nacional de Epidemiología, es más del doble de las cifras a que aspiran las autoridades del Ministerio de Salud Pública y el Servicio Nacional de Salud, cuya meta es reducirlas a menos de 70 por 100 mil nacidos vivos.

Los números demuestran que las autoridades se quedaron en el discurso de que bajaran las cifras y culpar de las defunciones al personal de salud que labora en los hospitales públicos, donde ocurre el 98% de los partos, mientras los galenos dicen que sin insumos no puede haber un trabajo eficaz.

Las principales complicaciones relacionadas con la mortalidad materna antes, durante y después del parto son hemorragias graves e infecciones, hipertensión gestacional y abortos peligrosos.