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La sombra del embargo petrolero se posa sobre enfermos venezolanos

De sus cinco años, Zabdiel ha vivido cuatro con cáncer. Su cura depende de un costoso trasplante de médula ósea, que el gobierno venezolano dejó de sufragar culpando a Estados Unidos por sanciones a las que sumará un embargo petrolero.

Su lucha contra una leucemia linfoblástica ha sido difícil, al punto de recibir fármacos vencidos por falta de ellos. Ya sufrió una recaída. Su transplante no puede esperar.

«En diciembre nos llamaron (de la petrolera Pdvsa) para decirnos que estaba todo listo, que tiene su donante en Italia (…), y en enero me dijeron que mi hijo no puede salir por el bloqueo económico, porque ya no hay dinero», cuenta llorando su madre, Ani Camacho.

El presidente Nicolás Maduro denuncia que los programas de «asistencia humanitaria» de Pdvsa fueron afectados por un bloqueo financiero de Washington, que el domingo dejará de comprarle crudo en su presión para que abandone el poder.

Pero antes de que se empezaran a aplicar las sanciones en 2017, Venezuela ya sufría una merma de medicamentos agravada por la caída de los precios y de la producción petrolera a sus peores niveles en décadas.

Frágil, Zabdiel interactúa poco con el mundo exterior. Con un puñado de legos, un acuario y un televisor los padres tratan de rescatar su infancia.