En la nómina de Lidom hay empleados que recuerdan ese 1998 cuando a tres semanas de arrancar un torneo ya montado, con calendario, emisoras, TV y refuerzos contratados, el huracán Georges azotó la isla con vientos de hasta 200 kilómetros por hora dejando un saldo superior a los 800 muertos, 263,000 damnificados y pérdidas de casi 33,000 millones de pesos de la época.
“Va a haber pelota, no se puede dejar a la gente sin este entretenimiento. Después de esta tragedia no se le puede quitar a la gente ese bálsamo”, aseguran que dijo Leonardo Matos Berrido, entonces presidente de la liga de béisbol, tras la primera reunión para replantear el siniestro del 22 de septiembre de ese año.
Dado el deterioro sufrido por los estadios del Este se hizo un torneo con cuatro equipos. El Escogido pasó a la final al ganar la serie regular (40-21), los Gigantes fueron descartados (9-51), el “equipito” del Licey (33-27) derrotó a las Águilas (39-22) en semifinal, pasó sobre el Escogido del imbateable Anthony Chávez en nueve partidos y también obtuvo la Serie del Caribe en Puerto Rico, con nueve remolcadas de David Ortiz.
