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Suspensión de publicidad golpea el corazón del modelo económico de Facebook

Adidas, Puma, Coca-Cola, Starbucks, Unilever, Ford… No pasa un día sin que otra gran marca retire sus anuncios de Facebook, una campaña que golpea el corazón de su modelo económico, aunque el impacto a largo plazo de este movimiento sigue siendo incierto.

Más de 400 firmas se han unido a la campaña #StopHateForProfit para protestar contra el discurso de odio en Internet y han suspendido su publicidad en Facebook e Instagram durante el mes de julio.

Otras han ido más allá y han detenido su publicidad en todas las redes sociales.

Más allá del incontestable daño hecho a su imagen, ¿qué consecuencias tendrá esta campaña sobre estas plataformas que son casi completamente dependientes de la publicidad? Sin olvidar que hasta ahora ningún gobierno u órgano de regulación se ha podido medir al ascenso de estos gigantes.

No se puede ignorar que Facebook, a menudo criticado por su tímido enfoque para controlar el contenido, ha hecho una serie de anuncios en los últimos días, poco característicos de su política.

Prohibió al movimiento de extrema derecha «Boogaloo», prometió destacar la información con fuentes seguras y endureció su política de moderación de contenidos.

«Hasta ahora las redes sociales habían logrado esquivar con discursos» las presiones sobre la moderación de los contenidos más peligrosos, «pero el golpe es a sus carteras», explica Laurent Benzoni, profesor de la Universidad de París Panthéon-Assas.

«No sé cómo van a hacer para encontrar un compromiso en el que muestren que no son editores» de prensa, una etiqueta que no quieren que les pongan, «y que logren tranquilizar a los anunciantes» sobre los contenidos, agrega.

Daniel Salmon, un analista de BMO Capital Markets, piensa que por el momento no habrá un «impacto financiero tangible».