El exvicepresidente de Barack Obama, de 77 años, fue elegido presidente número 46 de Estados Unidos, según las proyecciones de las grandes cadenas estadounidenses, poniendo fin al tumultuoso mandato del republicano Donald Trump
Lejos de ese clima de algarabía, el mandatario saliente decidió pasar la tarde jugando al golf en la vecina Virginia tras tuitear afirmaciones incendiarias y sin fundamento sobre presuntos fraudes electorales, antes de regresar a la Casa Blanca.
El entusiasmo en la capital, un bastión demócrata, era enorme, entre ruidos de bocinas de autos, golpeteo de ollas y sartenes y gritos.
«Estoy aquí para celebrar», comentó Jack Nugent, un ingeniero informático de 24 años, mientras caminaba hacia Black Lives Matter Plaza, un área que fue el epicentro de las recientes protestas antirracistas.
«Estoy muy feliz con el resultado. He pasado tantos años esperando que suceda este día».
La Black Lives Matter Plaza es parte de la avenida que conduce a la residencia presidencial y fue así rebautizada meses atrás para denunciar la brutalidad policial contra los afroamericanos.