República Dominicana.-La obesidad se caracteriza por la acumulación de tejido adiposo en el cuerpo, especialmente en el abdomen y algunos órganos como el corazón, lo que podría estar dañando silenciosamente tu salud. Así lo advierte un informe publicado previamente por la Sociedad Europea de Cardiología, que revela cómo este tipo de grasa — llamada grasa visceral — puede aumentar considerablemente el riesgo de sufrir un infarto, insuficiencia cardíaca o incluso muerte súbita diferencia de la grasa que está bajo la piel (grasa subcutánea), la grasa visceral rodea órganos importantes como: el corazón, el hígado y riñón. Además de producir sustancias inflamatorias que alteran el funcionamiento del corazón, reduce la flexibilidad y contribuye a enfermedades cardiovasculares graves.
Uno de los datos más alarmantes se refiere a que 67% de las muertes asociadas al exceso de peso (por acumulación excesiva de tejido graso) están relacionadas con enfermedades del corazón. Y no se trata sólo de cuánto pesa una persona, sino de dónde y cómo se almacena esa grasa.
“Hoy en día el sobrepeso o la obesidad ya no se determina sólo por la relación entre el peso y la estatura, es decir, a través de una fórmula para calcular el Índice de Masa Corporal (IMC). Actualmente el diagnóstico implica el empleo de otras mediciones como la composición corporal. Es importante señalar que la acumulación de grasa o adiposidad no es igual en todas las personas, algunas de ellas tienen mayor riesgo debido al tejido adiposo que se acumula en la zona del abdomen, que es especialmente dañino para la salud”, explicó el Dr. Eric Pasco, Gerente Médico de la Unidad de Obesidad de Novo Nordisk CLAT (Centroamérica, el Caribe, Perú, Ecuador, Paraguay y Bolivia).
Al abordar las complicaciones de salud relacionadas con el exceso de peso, es importante resaltar varios factores de riesgo que se ven agravados por esta condición, como la hipertensión arterial (que a menudo conduce a un mayor riesgo de infartos y derrames cerebrales), la dislipidemia (caracterizada por niveles alterados de colesterol y triglicéridos) y la resistencia a la insulina (que eleva significativamente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2). De acuerdo con estudios, esta condición afecta entre el 80 % y el 85 % de las personas que viven con obesidad.
¿Qué se puede hacer?
La obesidad no puede atribuirse simplemente a una falta de fuerza de voluntad o a elecciones individuales está influenciada por una interacción compleja de múltiples factores internos y externos incluidos: factores biológicos, genéticos, psicológicos, sociales y económicos, así como factores relacionados con el sueño, la medicación y el entorno.
Los especialistas coinciden en que la base y parte fundamental del tratamiento adecuado reside en el acompañamiento y guía de un médico, quien realizará un monitoreo continuo para asegurar la adherencia y resultados a largo plazo. Igualmente, debe estar acompañado de un cambio sostenible en el estilo de vida, que incluya una alimentación saludable y ejercicio regular, al menos 30 minutos al día, 5 días a la semana, alternando entre ejercicios aeróbicos (como caminar, correr o bailar) y entrenamiento de fuerza (que se puede llevar a cabo con pesas, ejercicios funcionales, etc.