NUEVA YORK — Cada vez que el conocido narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán comparece ante los tribunales de Estados Unidos, las autoridades que lo trasladan desde y hacia la cárcel bloquean el puente de Brooklyn para abrir paso a una caravana de vehículos que incluye un equipo SWAT y una ambulancia, vigiladas desde el aire por helicópteros.
Las intensas medidas de seguridad se han vuelto un espectáculo tan público que los abogados de Guzmán argumentan que afecta sus posibilidades de un juicio justo este año en Brooklyn, al prejuiciar al jurado. Dicen que la solución es trasladar el caso a una corte en Manhattan que está conectada con la cárcel donde está detenido en solitario.
El operativo actual crea la impresión de que “este hombre es culpable, que este hombre es peligroso”, dijo el martes el abogado William Purpura luego de una audiencia previa al juicio.