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Objetivo de 100% de cobertura global de redes digitales en 2030 plantean expertos a la ONU

¿Cómo deben regularse las nuevas tecnologías? ¿Cómo asegurar que sus beneficios llegan a todos? ¿Cómo prevenir los peligros que plantean? Esas eran algunas de las complejas cuestiones que el pasado año el jefe de la ONU, António Guterres, trasladó a un «grupo de sabios» de varios ámbitos.

Las respuestas las recibió, este lunes 10 de junio, en un informe de 40 páginas que, por encima de todo, defiende la necesidad de cooperación en este nuevo mundo interconectado.

El grupo, presidido por Melinda Gates y por el fundador de Alibaba, Jack Ma, pide un refuerzo de la colaboración entre gobiernos, empresas, académicos y sociedad civil para que las oportunidades de la tecnología desemboquen en más prosperidad, más oportunidades y más confianza para todos.

«Esa cooperación debe asentarse en valores comunes de la humanidad, como la inclusividad, el respeto, el poner el ser humano en el centro, los derechos humanos, la ley internacional, la transparencia y la sostenibilidad», apunta el informe.

«En periodos de rápidos cambios y de incertidumbre como el actual, estos valores compartidos deben ser la luz común que nos guíe», añade.

Bajo el título «La era de la interdependencia digital», los expertos analizan las oportunidades y riesgos que plantea esta nueva realidad, pero también hacen una serie de recomendaciones más o menos concretas, entre las que destacan:

– Garantizar que para 2030 todos los adultos del mundo tengan acceso asequible a redes digitales y a servicios financieros y de salud por esa vía.

– Crear, con la participación de la ONU, una gran plataforma para compartir bienes públicos digitales y datos en áreas necesarias para cumplir con las metas internacionales de desarrollo.

– Poner en marcha «centros de ayuda» regionales y globales para facilitar a gobiernos, sector privado y sociedad civil la comprensión de asuntos digitales.

– Hacer que las redes sociales trabajen con autoridades, organizaciones civiles y expertos en derechos humanos para dar respuesta a preocupaciones como la privacidad y los discursos de odio.

– Asegurar que los nuevos sistemas autónomos inteligentes se diseñen de forma que sus decisiones puedan explicarse y que haya humanos responsables por su uso. «Las decisiones de vida o muerte no pueden ser delegadas a máquinas», apuntan.