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Cómo las capacidades cibernéticas de China provocaron una guerra fría tecnológica

Entre la fanfarronada y la torpeza de la administración Trump, puede ser fácil pasar por alto las tendencias realmente importantes. El esfuerzo concertado durante el año pasado para bloquear, exprimir y castigar a la industria tecnológica de China es uno de esos momentos. Ha marcado un cambio fundamental en la relación entre EEUU y China, dando un salto hacia una confrontación mucho más profunda. Washington alguna vez esperó darle forma al ascenso de China. Ahora está intentando obstaculizarlo.

Las raíces se encuentran en parte en la mentalidad mercantilista de la administración estadounidense y en parte en las inseguridades de una sección de los dirigentes de la política exterior de Washington, lo cual impulsó la búsqueda de nuevos demonios que matar. Pero también es una reacción inevitable a las agresivas capacidades de inteligencia y vigilancia que ha instalado China. Los lectores del libro “Chinese Spies” (Los espías chinos) de Roger Faligot notarán que la nueva guerra fría tecnológica ha estado en marcha durante algún tiempo.

La creciente competencia entre Washington y Beijing no es el tema inmediato de la historia de la inteligencia china de Faligot; de hecho, la primera edición de la versión en francés se publicó en 2008. Pero al leer la versión en inglés en 2019, que incluye varios capítulos nuevos sobre eventos recientes, proporciona una parte significativa de la historia de cómo llegamos a este punto.